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¿CUÁLES SON LOS ANTECEDENTES?

Las concepciones epistemológicas sobre la evaluación aprendidas y aprehendidas por los educadores a lo largo de los años, anclan el acto de evaluar en concepciones muy arraigadas sobre los instrumentos y funciones de los procesos de evaluación. La lógica evaluativa tradicional se confunde con la clasificación, y asume la identidad de un instrumento de análisis del desempeño final. Es común, en el discurso de los maestros, referirse casi exclusivamente a la ‘calificación final’ del alumno y muy raramente al proceso de aprendizaje. Sin embargo, es digno mencionar que la evaluación está presente en todas las prácticas pedagógicas, no obstante, no se puede observar con claridad como los procesos evaluativos son constituidos.

Es en ese escenario que se intensifican las discusiones sobre la evaluación del aprendizaje como elemento didáctico del trabajo docente y cuando se trata de evaluar el aprendizaje a distancia, se puede observar que no puede haber espacio para un proceso de evaluación clasificatorio y excluyente. Los EAVs (Entornos de Aprendizaje Virtual), ​​como destaca Kensi (2008), ‘comparten el flujo y los mensajes para la difusión del conocimiento, basándose en actividades alentadoras de colaboración, en las que el estudiante no se siente solo, aislado, dialogando solo con dispositivos tecnológicos’. (p.55) Por tanto, la lógica de la evaluación tradicional pierde su lugar, ya que la enseñanza a distancia necesita una evaluación que priorice los aspectos cualitativos del proceso de enseñanza y aprendizaje.

Sin embargo, Demo (1998) todavía percibe en los debates sobre educación a distancia, una persistente confusión de conceptos y prácticas entre informar y capacitar, capacitar y educar, enseñar y aprender. Además, con el progreso de las discusiones sobre la evaluación en educación, existen obstáculos para construir una nueva cultura evaluativa que sea compatible con los supuestos teóricos que guían el aprendizaje a distancia.

En ese escenario, surgió esa experiencia pedagógica que tuvo como objetivo observar, registrar, analizar y correlacionar las percepciones de los docentes online en EAVs relacionados con herramientas digitales y procesos de evaluación en línea a la luz de la Teoría de la Complejidad. La Teoría de la Complejidad propone una visión holística de los sistemas dinámicos, es decir, los sistemas que cambian con el tiempo. Con este enfoque, se observó en una institución de enseñanza de idiomas en Oruro en Bolivia como las herramientas digitales utilizadas por los maestros en los procesos de evaluación en línea como los blogs, chats, foros, diarios, etc, eran utilizados por los profesores, intentando comprender no el contraste con la práctica evaluativa del maestro presencial, sino las similitudes entre ellos.

¿QUÉ HIZO?

La investigación fue de naturaleza descriptiva con un enfoque cualitativo online. Se utilizaron dos tipos de unidades para el análisis: la unidad ‘macro’- EAV (Schoology) la unidad ‘micro’ (cuestionarios electrónicos, grupos focales virtuales, etc.).

¿CON QUIÉN LO HIZO? ¿DÓNDE LO HIZO?

Los profesores que participaron en esta experiencia dictaban clases de portugués como idioma adicional de una institución de enseñanza de idiomas en Oruro, Bolivia, con el total de cinco profesores participantes del proyecto. Todos los profesores presentaban experiencia en la enseñanza de portugués para extranjeros, brasileros, que vivían en Bolivia. Los estudiantes que participaron de la experiencia eran estudiantes del nivel avanzado de portugués que cursaban el curso preparatorio para el examen CELPE-BRAS, con el total de treinta alumnos. Fueran elegidos alumnos fluidos en el idioma portugués para facilitar la implementación del proyecto.

¿CÓMO LO HIZO?

El análisis de los contenidos se realizó a la luz de la Teoría de la Complejidad, es decir, como un sistema conectado en un contexto de varias posibilidades y límites en un espacio de construcción social. Se formularon algunas hipótesis para la composición de esta práctica pedagógica,

1. La evaluación en línea reproduce el modelo de evaluación tradicional, es decir, la evaluación en EAVs sigue siendo un proceso contradictorio, guiado por un enfoque tradicional, en el que la evaluación es sinónimo de clasificación.

3. La evaluación formativa utilizada por el maestro en EAVs no presenta esencialmente la intención o voluntad formativa, pero en la práctica, solo detecta las dificultades de los estudiantes después del proceso de enseñanza-aprendizaje y nunca durante este proceso, destacando así su carácter de regulación retroactiva.

¿QUÉ OBTUVO? ¿QUÉ VENTAJAS ENCONTRÓ?

Después del análisis de los datos colectados y de la experiencia en clase con los profesores que utilizaran herramientas online para la práctica evaluativa con sus alumnos, se pudo observar que,

1.El maestro de educación a distancia, que fue la mayoría de las veces un maestro presencial, todavía ve en el proceso de evaluación en línea la colocación de una nota sobre el estudiante y se fija en la evaluación final y no en el proceso de aprendizaje.

2.El proceso característico de construir conocimiento compartido típico de los cursos de aprendizaje a distancia se pierde en el momento de la evaluación.

3.Fue posible observar que incluso los maestros experimentados en los cursos presenciales todavía necesitan cursos de capacitación, talleres, etc. para comprender las características del contexto de aprendizaje virtual que generalmente busca el conocimiento compartido, así como para practicar y desarrollar habilidades de alfabetización digital, es decir, la gestión y el uso de herramientas digitales para su uso en procesos de evaluación.